Por Iliana Lavastida Rodríguez | Diario Las Américas
Publicado el 03-09-2007
Compartir el cariño de la madre con otras personas puede ser una experiencia que provoque insatisfacciones en un niño, sobre todo en las edades donde se concibe el universo a partir de la perspectiva de los padres y se piensa que absolutamente toda la seguridad y bienestar de uno dependen de estas personas insustituibles.
Sin embargo, con el pasar del tiempo y la madurez, en esa capacidad de extender la atención mas allá de las fronteras del hogar, que conlleva una intensa carga de sacrificio y entrega, se descubre entonces una virtud de la cual cualquier hijo siente gran orgullo.
Ese el caso de Eric Vasallo, joven escritor, quien en una relatoría de su obra agradece en todo cuanto pueda significar un logro para él, el legado de su madre, la conocida psicóloga de la radio hispana, doctora Isabel Gómez Bassols.
Eric es el segundo de cuatro hermanos que crecieron en una familia de padres y abuelos exiliados, orgullosos de sus raíces y con un amor entrañable a todo lo bello de su cultura.
“Mi padre reprodujo en la casa donde nos criamos, la finca donde el nació en Cuba, en la provincia de Holguín. Él nunca perdió su esencia guajira y eso nos permitió crecer en un ambiente natural y saludable. En esa época la ciudad de Miami estaba en sus albores, todavía no era esta urbe cosmopolita en la que hoy deambulamos y nosotros fuimos asimilando la cultura de este país, en el cual nacimos, a la par que aprendimos de dónde veníamos”-recuerda Eric.
“Mi madre, independientemente de la recia formación académica a la que ha dedicado parte de su vida, también alcanzó la vocación de asistir a los demás como un patrón familiar, utilizando sus propias palabras. Según se cuenta en las historias de nuestros ancestros, así lo hacia nuestra bisabuela en Santiago de Cuba, recetando remedios naturales a los enfermos de su vecindario, en su labor de enfermera e igual lo hizo mi abuela con parientes y amigos a los cuales servía de sosiego cuando consideraba que necesitaban tener con quien compartir la incertidumbre de alguna preocupación, en los avatares del exilio”.
“Por eso es que ahora entendemos a mi madre y nos enorgullecemos de la pasión con la que en sus programas de radio y otras presentaciones, provoca en las personas esa sensación de soporte espiritual o consuelo. A estas alturas de nuestra madurez como seres humanos, hemos podido comprender cuan importante y necesaria es su labor, precisamente por el público al que está dirigida”-expresa.
“La doctora Isabel, que vivió en su juventud la experiencia de emigrar y tuvo la suerte de llegar al clímax de su carrera profesional con una parte del camino andado pues aprendió el idioma siendo muy joven y desde entonces se adaptó en gran parte al nuevo tipo de sociedad; nunca ha dejado de sentir en su propia carne el vuelco tan dramático que representa en un individuo el hecho de emigrar”-asegura su hijo Eric.
“Tanto ha sido capaz de transmitir ese sentir a nosotros, que las historias narradas en mis guiones y mis libros tienen como protagonistas a las personas que tanto padecen en ese proceso de adaptación, lo cual no solo interesa el aspecto económico y sí algo igual de importante o quizás más, como es la inseguridad de saberse aceptado en un contexto escolar, para los niños y jóvenes, y desde el punto laboral, para los adultos, que en muchos casos padecen la frustración de renunciar a sus intereses profesionales por tener sobre si la responsabilidad del sostén material de la familia”.
En ese proceso complejo de transculturación que en esta familia ha devenido fuerza y comprensión a favor de quienes más lo necesitan, dos generaciones transcurridas no han mermado en lo más mínimo la sensibilidad especial que se requiere para compartir la luz y ayudar a quienes se inician en una nueva tierra, así como escudriñar más allá de una apariencia, hasta encontrar la verdadera razón de determinadas actitudes como pueden ser los problemas académicos de un menor o las desavenencias surgidas en el seno de una pareja.
Esa es la causa por la que hoy Eric Vasallo avizora que solo con la ilustración del pensamiento y su aplicación desde el punto de vista social, pudieran ser resueltos ciertos conflictos de mucha complejidad en los cuales se encuentran los principales motivos de la emigración. Así como disminuidas su secuelas, si una vez consumada se aceptara como un proceso de intercambio en el que todos resultamos beneficiados “pues de la misma forma que nuestros padres vinieron aquí buscando mejorías, trajeron consigo un caudal y una tradición que en la descendencia perdura y se enriquece.
Eric Vasallo, obtuvo una licenciatura en la elaboración de guiones fílmicos, en la Universidad de Miami, además tiene estudios realizados en arqueología y antropología, a lo cual pretende dedicarse, cuando haya satisfecho en parte su pasión por la escritura.