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Comunicación

Desnudando a la culpa de sus disfraces

El sentimiento de culpa es un condicionamiento que nuestro ego utiliza para tener poder sobre nosotros. De esta forma, cada vez le otorgamos más y más control sobre nuestra persona.
¿Por qué el sentimiento de culpa tiene tanto poder sobre nosotros?
Simplemente por que nosotros mismos se lo otorgamos.

Para entender este proceso debemos analizar como se produce este traspaso de poder que le entregamos al ego através de la culpa.

Todos nuestros pensamientos, hábitos, imaginaciones, recuerdos y etc., moldean la percepción de la realidad y asi tenemos referencia de como interactuamos en nuestro medio. Aqui es donde el sentimiento de culpa determinará como nos relacionamos con otros individuos.

Los disfraces de la culpa:

El ego es el encargado de disfrazar la culpa de otros sentimientos para poder operar. Por ejemplo, la culpa puede aparecer disfrazada de responsabilidad o de importancia, y asi totalmente convencidos, vivimos y reaccionamos aceptando un sentimiento que en realidad es otro.

Cuando la culpa se disfraza de importancia:

Hay gente que se acerca a nuestras vidas, jugando al juego “La vida me engañó”;  estableciendo una comunicación a través del rol de víctima. Así, nos cuenta como la realidad se ensaña con ellos y tomando un papel de mártires nos cuentan de lo difícil que se les hace todo y como se les traba cada emprendimiento emocional, laboral y social.

Cómo reccionas al escuchar esto? Lo mas probable es que quedes drenado, agotado y hastiado después de escuchar tanta negatividad y problemas, y probablemente, la otra persona se retire con un sentimiento mas agradable después de descargarse contigo.

¿Cómo nos sentimos después de esto?

Aqui es donde vemos la forma en la que opera la culpa. Enmascarada y soslayada.
Aunque te sientas drenado por escuchar tanta negatividad, hay una sensación de importancia al constatar la necesidad que tiene la persona de hablar y descargarse con nosotros. Como si fuéramos únicos y necesitados.

Si dejamos que esto suceda, habilitamos a la culpa para que opere con toda autonomía sobre nosotros. Así nos sentimos importantes e imprescindibles pero haciendo cosas que no queremos, como escuchar las historias de alguien que se cree víctima del destino y de las estrellas.

¿Queremos que la culpa  controle nuestras acciones? Por supuesto que no, por eso es muy importante desenmascarala e identificarla.

Despojando a la culpa del disfraz de importancia:

La vida se vive mejor sin condicionamientos, con plena libertad de navegar con viento a favor en un mar de posibilidades, ofreciéndonos un viaje agradable de experiencias enriquecedoras e inspiradoras.

Cuando estamos frente a situaciones donde un individuo se acerca a compartir sus desaveniencias frente a su vida y su destino, podemos hacer uso de ciertas herramientas que vienen en forma de preguntas, Y estas son:

  1. ¿La experiencia que vive esta persona-víctima fue creada por ti?
  2. ¿Te sientes como un muro de los lamentos, dispuesto a escuchar y apañar a quien ejerce un rol de víctima?
  3. ¿Ves alguna disposición en esta persona de mejorar y salir del pozo en el que está, o ves que en cierta medida disfruta de este juego de “La vida me engaño”?

Luego de hacerte estas preguntas, trata de experimentar la sensación que te queda. Esto te ayudará a tener una idea mas objetiva de la situación por la que estas atravesando.

Involucrándonos en situaciones como las descritas anteriormente, donde uno se queja y el otro  consuela, podemos influir en varias direcciones. Por un lado es posible que estemos obstaculizándo o retrasando el crecimeinto de la persona que se queja, y al mismo tiempo dejarnos embriagar con la dosis de importancia que baña nuestro ego el hechode sentirnos necesitados.

Resumiendo: Cuando tu dejas vivir la vida a otro, te permites vivir la tuya.

Cuando la culpa se disfraza de responsabilidad:

Cuando la culpa se pone el traje de responsabilidad te hace sentir culpable aunque no lo eres. Una lluvia de interrogantes te baña: Habré elegido bien? Debería haber dicho que sí?
No olvidemos que somes seres en evolución, y esto determina cambio constante, todo esta en movimiento y lo que hoy nos parece escrito en piedra mañana puede estar borrado por una sensación mas profunda y evolucionada.

Por eso, no tiene caso sentirnos culpables si en un posterior análisis descubrimos que hubiéramos hecho las cosas de manera diferente.

El error es parte de lo que aprendemos y es la única manera de evolucionar que poseemos. Por eso es importante tener en cuenta nuestras eleccciones, que son múltiples y a cada momento. Estamos todo el tiempo eligiendo. Desde que ponernos al salir de nuestra casa hasta que comer o con quien nos relacionamos.

La corrección nos ayuda a alejarnos de la sensación de culpa disfrazada de responsabilidad, nos permite volver a la via deseada. Y asi identificamos y asociamos para elegir mejor la próxima vez.
Esto tambien nos permite escaparnos de las presiones familiares, religiosas y sociales, eligiéndo lo que nos conviene en este camino de evolución como seres humanos, analizando internamente y reconociéndo que poseemos destrezas y capacidades en la que debemos confiar y entregarnos.

La responsabilidad es nuestro propio bienestar, ya que en este estado podremos ayudar a otros.

Recordemos que siempre estamos eligiendo. Ante cualquier duda de si intervenir en la vida de alguien que nos pide que lo hagamos, asi sea escuchando, piensa  donde quedas tu y cual es la sensación que te deja seguir escuchando.

Tratemos de no perder nuestra individualidad frente a la experiencia, ya que cuando nos involucramos demasiado la culpa disfrazada de responsabilidad se apodera de nosotros.

El identificar y analizar estas situaciones es un paso muy importante y enriquecedor para nuestras vidas y nuestras relaciones con los demás.

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